miércoles, 22 de mayo de 2013

SIEMPRE ES PRIMAVERA


SIEMRE ES PRIMAVERA, JULIÁN SERRANO




Llega un momento en la vida en el que uno tiene la experiencia suficiente como para poder mirar hacia atrás, tratar de recomponer una serie de vivencias y trazar una proyección vital personal. También en ese momento se tiene un tiempo que merecidamente se ha ganado y que es el protagonista de esa nueva etapa que se empieza cuando las obligaciones diarias dan paso a otra obligación: la de explicarse, sino la vida, al menos, a uno mismo.

Ese es el momento que vive ahora nuestro compañero Julián Serrano Jiménez y uno de sus primeros frutos -pues no creo que vaya a ser el único en este ámbito- es el libro Siempre es primavera que ha presentado este año con prólogo de otro anterior compañero nuestro, Miguel Ángel Torrico Galán, con ilustraciones de Benito Castro Martínez y editado por el autor y los Ayuntamientos de Villanueva de Córdoba, Pozoblanco, Pedroche y Conquista.

Si hay un tema presente en el conjunto de la obra es el que el autor define como “milagro humano”, ese que es tan enigmático y escurridizo como complejo, ese sobre el que nadie posee la verdad, pues, como explica el autor en el prólogo, sus “premisas están hechas con sentimientos”, y que es ese “Tú” enigmático que nos presenta Julián como guía, calma, un anhelo y, tal vez, mero sueño.

Un recorrido por el libro nos lleva al dolor del sujeto lírico ante los que provocan el llanto de las mujeres en el poema “Perdido” y nos previene de la falta de honor de esa acción; o a la alegría que produce el amor, que queda reflejada con una fantástica simplicidad en el poema “Burbujas”, donde el autor consigue con una repetición fundamentada en la anáfora trasmitir de forma muy plástica ese sentimiento.

Asimismo, la relación entre la mujer y la naturaleza la podemos ver en poemas como “Mirando el agua”, donde ese agua transparente que abre fríos guijarros y va a su antojo diseñando el paisaje y dejando su huella irremediablemente irregular, inconstante, trágicamente destinada a morir en el mar... bien podría ser una mujer.

Y así uno a uno podríamos comentar cada uno de los poemas que componen el libro o de las reflexiones en prosa que se suceden tras estos, pero no es el momento ni sería justo hacerlo ahora, pues ya Julián nos ha prometido que en las próximas Jornadas Culturales vamos a hacer un acto literario en nuestro centro en el que tendremos la ocasión de comentar su libro y conectarlo con otros autores y tendencias.

Mientras tanto, confórmense con esta muestra y háganse con un ejemplar para adentrarse en el Universo de Julián, donde no les faltará amor, naturaleza y pensamiento en una poética sencilla, sonora y cercana a lo popular en muchos de sus recursos, como también, en otros casos, a la desnudez de la poesía pura, y trascendente, en la que la anécdota establece una proyección mayor en la que nos reconocemos como lectores y en la que se nos trasladan los enigmas más sencillos y más difíciles de la vida.

Mirando el agua”

Transparente naces del frío monte,
en quiebros, cuajando borbotones,
borbotones en quiebros, altos y bajos
mientras abres con tus manos
los blancos y fríos guijarros.

¡Ah, sí!

Agua que el monte sube,
monte que el agua baja,
agua que sube y baja
riendo a carcajadas.

¡Ah, sí!

Quejido, álamo, fresno, pino,
que alimenta con su risa,
cabalgando entre muecas de espuma,
llenas de transparente frío.

¡Ah, sí!

Agua saltando que llora,
viendo al bosque de encinares.
Vas corriendo entre juncales
que salpican el matorral de retama,
de romero, tomillo y jara.

¡Ah, sí!

Avena loca, grama, trébol salvaje,
que guías con débil fuerza
la mansa agua por el prado llano.

¡Ah, sí!

Irregular es tu cuna, agua que subes y bajas,
hasta llegar al mar perdida.






María Rey Carmona,
Profesora de Lengua Castellana y Literatura

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